INVESTIGANDO A KINSEY

KinseyCon motivo de la reciente emisión por TVE, de la película «Kinsey» de Bill Condon, me parece interesante colgar un trabajo que realicé hace un tiempo con respecto a ésta película. Pues tanto la figura del protagonista, como la película en sí, suscitan y sigue removiendo muchos debates entre la comunidad popular y la científica. Espero que sea de vuestro agrado, sobre todo si sois sexólogos, pues seguramente os apasionará tanto como a mí éste tema.

Antes de pasar a realizar el análisis propuesto, me parece de suma importancia enmarcar la figura de Kinsey dentro del marco histórico que le corresponde y los hechos que con respecto al mundo de la investigación y en este caso de la Sexología estaban sucediendo en ésta época.

Es en 1907 cuando el concepto de, una “ciencia de la sexualidad” independiente, es introducido en Europa por el dermatólogo berlinés Ivan Bloch. La sexología surgió como disciplina para intentar tratar y solucionar desde una perspectiva interdisciplinar, y más allá de lo puramente médico, los problemas que se estaban dando con las enfermedades venéreas y la ignorancia sobre éstas mismas. Recordemos que hasta 1928 no se descubre la penicilina por parte de Fleming. Durante la primera mitad del siglo XX y en Europa, figuras como Hirschfeld, Havellock Ellis, Marcuse y la feminista Helene Stocker, entre otros; y los destacados Sigmund Freud y Wilhem Reich, realizaron con sus obras el desarrollo de ésta disciplina y sentaron las bases para su posterior estudio. Si bien es cierto que el conocimiento se expandió a Norteamérica, Sudamérica y Asia, con la llegada de Hitler y los nazis éste proceso de desarrollo concluyó repentinamente, destruyendo a su paso algunas de las obras y trabajos de sus precursores.

Después de la Segunda Guerra Mundial el liderazgo de la Sexología se pone en manos de los Estados Unidos, y en concreto de la figura que nos ocupa, Alfred Kinsey. Su formación previa no tenia tanto que ver con las ciencias de la salud humana, sino con el estudio de los insectos. Pero sus propios intereses personales le acercan al mundo de la sexualidad, dónde vuelca todos sus esfuerzos a intentar comprender mejor y de una manera estricta y rigurosamente científica la conducta sexual humana. Dado que Kinsey no era médico, ni psiquiatra, su interés fue, desde el principio, más allá de los trastornos sexuales, centrándose única y exclusivamente en la descripción del amplio abanico de conductas relacionas con la sexualidad por parte de los humanos, sin atender a los aspectos psicológicos y/ o emocionales. Lo que siempre le ha sido criticado por el resto de la comunidad, juzgándole como alguien gélido que trató el tema con excesiva frialdad. Pero en su defensa diré que no podemos olvidar su trayectoria profesional y su visión científica como base imprescindible para el avance de la humanidad y de sus conocimientos. No por ello Kinsey dejó de tomar posiciones en el ámbito de la Sexología; el no concebía el estudio de la sexualidad sin una perspectiva interdisciplinar, opinaba que sólo se podrían extraer buenos resultados de ésta manera y de hecho así fue como organizó los equipos de investigación, consultando además a expertos de ámbitos distintos, aunque quizá éste dato es omitido en la película.

Otro dato importante a tener en cuenta es que hasta la década de los 70 no se comienza a hablar de bioética, y es en 1978 cuando se publica el informe Belmont, que expone los principios morales por los que debe regirse el quehacer de la experimentación e investigación biomédica, por ello a la hora de analizar el proceder de Kinsey debemos ser benevolentes, ya que aunque los conceptos de dignidad humana eran universales, no se nombra en ningún momento en la película la existencia de un código deontológico basado en principio morales y éticos en torno a los procederes científicos, médicos e investigadores. Por el contrario si se explicita el modo de seguir del método científico, que Kinsey defiende con devoción, pero no lo emplea con todo el rigor que conlleva.

Es en base al Código Deontológico de la AEES, editado en Septiembre de 1994 en España,  y a su articulado, en el que voy a sostener el análisis de las distintas labores, presentadas en la película de Condon, ejercidas por Kinsey en materia de Sexología. En la introducción de este código se hace alusión a la legislación vigente en educación que no contemplaba la formación en sexología. Si bien en estos momentos ya aparece en el BOE en la resolución del 21 de Febrero de 2011 el plan de estudios del Máster de Sexología con carácter oficial, por lo que  debiese ser revisado el capítulo II de este código deontológico relativo a los requisitos previos para ejercer como especialista en sexología, que en cierta manera ya Kinsey estaría incumpliendo por no poseer la formación necesaria. Sin embargo dada que su labor no fue como terapeuta sexual, y ateniéndonos al artículo 19 del mismo capítulo, para ejercer como orientador o educador sexual, su Licenciatura en Biología si está contemplada. Eso sí, debe ser complementada con una formación adicional en sexualidad (que obviamente no existía en aquellos momentos).  Hay un pasaje en la película en la que dos alumnos, siendo un matrimonio joven acuden a su despacho a consultarle sus dudas y a pedirle orientación, que Kinsey no puede abarcar positivamente por su falta de información. Primeramente llega a asegurar que no existe relación entre el sexo oral y la fertilidad, esto no debe hacerse según el artículo 31, que cita textualmente: “…los terapeutas deben evitar dar opiniones gratuitas o proponer valores que reflejan sus inclinaciones personales en lugar de ser sensibles a las necesidades y bienestar del cliente.” Sin embargo, cuando es cuestionado por el alumno  el procede de una forma honrosa al reconocer sus lagunas  respecto a lo que le plantean (hecho que da un giro a su carrera profesional, convirtiéndose en cierta manera en autodidacta). Pero hoy en día, nadie que se dedicase a la asesoría en materia de sexualidad debiera hacerlo sin una formación específica para ello. Su labor como “asesor sexual” se da básicamente en el terreno universitario, atendiendo a sus alumnos. Yo entiendo que ésta la lleva a cabo como un efecto colateral a su labor como educador, y que no fue algo buscado por él.

La labor principal que ejerció Kinsey fue como investigador. En el Código Deontológico de la AEES hay un capítulo específico dedicado a esta labor, siendo éste el Capítulo V. La Investigación y la Docencia. El primer artículo, el número 37, hace referencia a procurar contribuir al progreso de la ciencia y a la sexología por parte de los profesionales de ésta disciplina, ateniéndose a las reglas y exigencias del trabajo científico y a transmitir esos conocimientos. Pues bien, por lo que respecta a esto, el trabajo de Kinsey, su investigación sobre la conducta sexual humana, tanto en hombres como en mujeres fue increíble, ya que por primera vez se estudiaba de una forma masiva y con un tamaño de muestra excelente. Gracias a sus estudios en éste campo hoy en día podemos conocer qué y cómo se comportan sexualmente la mayoría de personas. Al comienzo de sus investigaciones utilizó a sus estudiantes, que de manera confidencial (cumpliendo así el artículo 47, respectivo al uso y obtención de la información) contestaban a un cuestionario elaborado por el sobre orientación sexual y que más tarde dio lugar a la famosa escala, que oscilaba de 0 a 6, sobre orientación heterosexual y homosexual de Kinsey. En todo momento Kinsey deja claro que guarda toda ésta información bajo llave que guarda el mismo. Antes de pasar el cuestionario explica a sus alumnos el porqué de la investigación (… ¿saben por qué no puedo contestarles a sus preguntas? Pues porque no existen datos científicos que nos digan qué es normal o qué no…….). Puesto que su investigación es ante todo descriptiva y epidemiológica y nunca experimental, no incumple ningún supuesto moral acerca de la máxima de “no hacer daño a las personas”. Los sujetos de la muestra, son siempre voluntarios, pero en la película no observamos que se dé un consentimiento informado por escrito y por ello Kinsey estaría incumpliendo el artículo 49 del Código deontológico que cita: la exposición oral, impresa, audiovisual……con fines de comunicación o divulgación científica debe hacerse de tal modo que no sea posible la identificación de la persona…”  ya que aunque las entrevistas sean confidenciales si es cierto que utiliza medios audiovisuales y graba comportamientos sexuales de mujeres masturbándose o de parejas y tríos, para ilustrar no sólo la anatomía femenina, sino también la realización de prácticas sexuales, la visualización de orgasmos, etc.…que luego muestra a sus compañeros sin ningún tipo de pudor. Otros aspecto importante a matizar, es el tipo de muestra, que aún cumpliendo con los requisitos de “tamaño” no cumpliría con los de aleatoriedad y sobre todo con los de representatividad de la misma, ya que no contempla a las personas de color y así no se puede generalizar a toda la raza humana los resultados obtenidos. Al principio de la película queda muy bien reflejado cómo Kinsey forma a sus colaboradores para ser muy respetuosos con las creencias y valores de los sujetos y deja muy claro que nunca se debe juzgar a nadie, cumpliendo así con el artículo 10. Otro de los problemas con los que se encontró Kinsey y que fue utilizado en su contra para retirarle la financiación económica que estaba recibiendo para su investigación, por parte de la Fundación Rockefeller, fue el hecho de que el mismo Kinsey y sus colaboradores formaran parte de la muestra, no cumpliendo con los requisitos básicos de cualquier investigación científica. No obstante en el trasfondo del asunto, entiendo que fue causado por el sentimiento de amenaza que la  sociedad americana experimentó a raíz de la publicación de su segundo libro, la conducta sexual femenina, y que puso en lienzo su “doble moral”.

Conforme Kinsey avanzaba en conocimiento su labor reivindicativa y de opinión fue creciendo, así proclama sus propios valores, en la búsqueda de una sociedad más abierta y permisiva. Defiende y exige una educación sexual que aclare las dudas de los estudiantes en un principio y del resto de la sociedad finalmente. Y poco a poco su discurso va evolucionando en posturas cada vez más críticas en contra de la castidad, aludiendo a la irresponsabilidad por parte de la sociedad. También pidió que se revisaran las leyes en materia de sexualidad, puesto que en función de los resultados obtenidos, la mayoría de los presos no habían cometido ningún crimen, sino que su conducta sexual era la misma que la del resto de la población. Para mí Alfred Kinsey cumplió con el deber de comunicar y difundir sus conocimientos en pro de una mejor salud sexual y los defendió desde el convencimiento pleno de lo que beneficiaría a la población.

Tras la lectura y comprensión del código deontológico, puedo decir que en la mayoría de sus labores Kinsey vendría a cumplir con sus artículos y lo que en ellos se promulga., pero he dejado para el final el incumplimiento del que a mi parecer es más interesante, por las implicaciones y el debate que pudiese suscitar. Casi al final de la película kinsey junto a uno de sus colaboradores entrevistan a un señor que afirma haber mantenido relaciones sexuales con niños y niñas. En nuestro código penal esto está reflejado como un delito contra la libertad sexual. Desconozco si en esos momentos en Norteamérica existirían leyes al respecto que regularan este tipo de delitos, lo que sí está claro es que moralmente es un hecho inadmisible y vivido como inmoral para el conjunto de la sociedad. Pues bien, el artículo 9 del código deontológico dice así: “…en el ejercicio de su profesión, tengan conocimiento de que se están realizando violaciones de los derechos humanos……..deben informar al organismo correspondiente”.  Esto entra en conflicto con el derecho a la confidencialidad, pero entonces ¿a cuál de los dos deberes debemos atenernos? ¿Kinsey debió informar a las autoridades? ¿Lo hizo?  Si no lo hizo,¿fue porque quizá pensó que no volvería a suceder?……..más de 800 relaciones con niños en mi opinión demuestran que éste sujeto puede volver a cometer el mismo acto, porque además en ningún momento parecía arrepentido, más bien al contrario, se enorgullecía de ello.

A mi parecer la figura de kinsey refleja la de un  hombre coherente consigo mismo y con los demás. La película muestra paulatinamente el cambio en lo personal y profesional del protagonista de una forma entrelazada, y que ciertamente van a la par a lo largo de la evolución de la persona y el personaje. Consecuentemente las relaciones entre su saber teórico, técnico y práctico, irían de la mano en el ámbito privado, público y profesional, siendo consecuente con su discurso incluso cuando sus intereses personales y emociones parecen ser discordantes, incómodas o dañinas. El cambio de valores que Kinsey experimenta a lo largo de la película está muy bien llevado por el director en los distintos espacios temporales, pasado y presente. Es la figura del padre muy importante en la película por el peso que ejerce sobre el protagonista, actuando como conciencia moral o superyó que reprime las pulsiones del hijo y que dota de un sentido a su comportamiento “beato” en su adolescencia y juventud adulta. Pero que al mismo tiempo conforma a Kinsey como un ser rebelde, que no se va a atener a esas normas, presentándosele en cierta manera como lanzadera para buscar la verdad y las explicaciones científico-teóricas que llenen los vacios existentes en materia de sexualidad humana. Por ello su padre no es sólo eso, sino que además representa también la moralidad imperante en la sociedad norteamericana de aquella época. Así observamos cómo Kinsey extrapola hacia el resto de la sociedad todo lo que su padre simboliza, la represión que bajo una falsa moralidad sufre toda la población. Su sed de conocimiento para intentar solventar la ignorancia preponderante, va a ser su guía de vida.

Al mismo tiempo se da un proceso interrelacionado entre el conocimiento que va adquiriendo (saber teórico) la manera de entender cómo actuar en la práctica (saber práctico) y su obra (saber técnico). En la película se muestra precisamente la relación que entre estos tres saberes se da en la persona de kinsey. Conforme va adquiriendo más conocimientos, va ganando en libertad y por lo tanto en materia de elección. Y.

Con la elaboración de su “escala de orientación sexual” Kinsey descubre que la mayoría de las personas de la muestra se situarían en el punto 3, es decir, que un 37% de ellos habrían mantenido relaciones sexuales con ambos sexos, pero que nadie lo podría haber sospechado puesto que la sociedad condenaba las relaciones homosexuales y por ello eran un tema tabú del que no se debía hablar. De éste resultado Kinsey afirma que la bisexualidad es algo natural al igual que muchas de las consideradas perversiones. Entiendo entonces que esto sería su saber teórico, la descripción de la sexualidad humana tal cual se refleja en los resultados obtenidos de sus investigaciones. A raíz de éste descubrimiento Kinsey se va a apoyar en la ciencia para plantearse su vida privada y de pareja, por ejemplo. Poco a poco va aceptando que también él experimenta deseos homosexuales y apoyado en la ciencia decide realizarlos y ser así consecuente con su propia teoría, llevándola a la práctica y dirigiendo su saber práctico a comportarse en función de fundamentaciones racionales. Su ética por lo tanto va a descansar sobre los cimientos del saber teórico, dirigiendo sus comportamientos en el sentido que marca su entender acerca de la sexualidad, que no olvidemos, es meramente fisiológica y no tiene en cuenta factores sentimentales y psicológicos. De ésta manera justificará también a su mujer su comportamiento infiel, resguardándose en la ciencia, pero por otro lado siendo coherente con sus pensamientos. Aquí ya encontramos como se establecen relaciones entre sus conocimientos y su vida privada, que además luego también se van a dar en lo público, ya que sus opiniones públicas van a ser de la misma manera la defensa de las relaciones extramatrimoniales, el comportamiento homosexual, etc… Y la censura de las restricciones sociales de una cultura anclada en la castidad.

Por último puntualizar que, curiosamente, hacia el final de la película se puede observar cómo cada vez se parece más a su padre, adoctrinando e imponiendo sus propios criterios y juzgando a los que así no los lleven a cabo, como por ejemplo la actitud hacia su hijo y hacia sus colaboradores. O la clase que da al final de la película dónde también intenta imponer su propia visión sobre infidelidad.

Laura Cruz , Sexóloga en Alicante

Kinsey – Sexolg. éticaEnsayo crítico acerca de la labor del sexólog Alfred Kinsey.Código: 1404140594891
Fecha 14-abr-2014 16:33 UTC
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