LA PRIMERA VEZ

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Siempre hay una “primera vez” para todo en esta vida. La primera vez que conducimos, la primera vez que trabajamos en aquello que hemos estudiado, la primera cita, la primera vez que dimos o nos dieron un beso en los labios, y como no, la primera vez que mantenemos relaciones sexuales. Y si, todas ellas van acompañadas de nuevas sensaciones y emociones diversas, y del nerviosismo previo a una situación novedosa. Sin embargo, cuando escuchamos “la primera vez” casi todo el mundo piensa en lo mismo, el primer coito.

 

¿Por qué ocurre esto? La respuesta es muy sencilla. En nuestra sociedad, se piensa de manera muy extendida que una relación sexual no es completa si no hay penetración, por ello parece que el coito es el acto final, la meta a la que debemos llegar. Sin embargo, una relación sexual abarca muchos otros actos que en ocasiones desmerecemos, como pueden ser los abrazos, las caricias o los besos.

 

Las/los jóvenes sentís mucha presión a la hora de tener vuestras primeras relaciones sexuales y, en cierto modo, es porque creéis que debéis llegar a la penetración para considerarlo como un acto significativo. Pero, ¿por qué no retrasar ese momento? ¿Por qué no ir poco a poco y probar otras muchas cosas? No se trata de reprimirse ni mucho menos, sino de experimentar, de descubrir todo lo que se puede hacer para obtener placer y no limitarse a la introducción del pene en la vagina (en el caso de relaciones heterosexuales). ¡Practica el petting! 

 

Por otro lado, la primera vez está rodeada de multitud de mitos sin ninguna consistencia, pero que irremediablemente se transmiten entre los iguales.

 

– Uno de ellos es que la chica sangra y siente dolor siempre con la primera penetración, algo que no es cierto, pues cada persona es diferente. Habrá chicas que sangren y no les duela, chicas que no sangren y les duela, y chicas a las que no les ocurra ninguna de estas dos cosas. Os recomendamos que esa primera vez estéis relajadas y tranquilas, pues es el nerviosismo el que contrae las paredes de la vagina y de ahí parte del dolor, por eso es importante que esa primera vez sea con alguien con quien os sentís a gusto y podáis ser vosotras mismas, y si es alguien con quién previamente ya habéis mantenido relaciones íntimas, pero sin penetración mejor, pues ambos os vais conociendo y esto facilitará ese primer coito.

 

– Otro de los mitos es que los chicos son los que deben tomar la iniciativa y elegir el momento adecuado. Esto es totalmente falso puesto que el peso no debe recaer sobre ellos, sino que es algo en lo que las dos personas tienen que estar de acuerdo (también puede ser la chica la que lleve la iniciativa). Por ello os sugerimos que reflexionéis sobre la implicación de éste mito ¿no creéis que es machista e injusto para los chicos? La responsabilidad de que el encuentro sea positivo es de ambos, y no importa quién, sino cómo.

 

– También es importante que recordéis que las relaciones deben ser seguras. Porque en esa primera vez no estamos exentos de contraer ITS o de quedar embarazadas.

 

Para finalizar nos gustaría apuntar que aunque en nuestra cultura la “primera vez” es entendida como el primer coito, no debemos restar importancia a las primeras relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, pues también podéis sentiros abrumados/as y ansiosos/as debido a que no sabemos qué y cómo hacer, pero para ello recordad que “el sexo no es algo que se hace, sino un lugar al que se va”, y si vais bien acompañados independientemente del sexo de esa persona, mejor.

 

Laura Cruz y Andrea Pastor (Sexóloga Alicante, Alumna en prácticas de Psicología en Eros y Psique)

 
Nota: la fotografía ha sido extraída de Flickr, by Janine

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